
NO TIENE VOZ era un misterio para la gente de su tribu. Ella nunca había hablado. Los largos años de silencio habían convencido a su familia de que ella nunca pronunciaría palabra. La niña oía y era capaz de comunicarse mediante señales, pero todos habían perdido la esperanza de que ella, algún día, cantara o alzara su voz...
No había duda de que la infancia de NO TIENE VOZ había sido extraña. Nació debajo de una hilera de sauces donde su madre había ido a dar a luz. Las primeras horas de su vida estuvieron cargadas de sucesos horrorosos. El campamento de su tribu había sido invadido; el padre de NO TIENE VOZ, las encontró y protegió, perdiendo su vida en la contienda...
Un día, en el séptimo invierno de su vida, NO TIENE VOZ enfermó. Había comido algún alimento en mal estado y tenía nauseas motivo por el cual llamaron al curandero de la tribu. Mientras NO TIENE VOZ sentía que su estómago se convulsionaba, sucedió una cosa curiosa. Empezaron a surgir sonidos de su garganta que se parecían a los gritos de gente aterrada.
El curandero sonrió explicando que de recién nacida ella se había tragado esos sonidos, sabiendo que si lloraba, ella y su madre morirían. El dolor de estómago le había permitido sanar, mientras vomitaba el miedo.
NO TIENE VOZ se ganó un nuevo nombre cuando recuperó la posibilidad de hablar. Ahora a ella la llaman...
NO TIENE MIEDO
Gentileza de Caminante