No es la discapacidad lo que hace difícil la vida, sino los pensamientos y acciones de los demás.




domingo, 26 de septiembre de 2010

¡Subete a la silla!

Lo que separa de veras a las personas alegres u optimistas de las que están sumidas en la desdicha, es la forma de interpretar y procesar las circunstancias de la vida.

¡SÚBETE A LA SILLA!

Hoy pensaba en la superación, ¿qué es realmente?

Hago memoria de algunos momentos de mi vida, en los cuales me sentí diferente o especial: cuando no podía alcanzar algo, como el vestido del armario, encender la luz, abrir la ducha, tocar el timbre de la casa, marcar un teléfono público, etc… Todos podían hacerlo, excepto algunos niños pequeños, y yo una mujer en cuerpo de niña.

En mi mente siempre ha existido un pensamiento positivo y dentro de mí, predomina un fuerte espíritu luchador, con un corazón soñador… que no cree en la limitación. Ante estas pequeñas dificultades, encontré una solución: LA SILLA… era fácil tomar una, hacer una maroma y alcanzar aquello que quería o necesitaba…

¿Y los demás? Me aplaudían, como si hubiese hecho una gran hazaña… ¿por qué?

Si no había en ello ninguna dificultad ni mucho menos limitación… Estamos en un mundo construido por gente grande… es sólo eso… pero Dios, a todo nos da la solución, sólo que muchas veces somos ciegos y no lo vemos. Subirse a la silla, implica otro gran paso:

Pensarlo

Decidirse

Atreverse

Hacerlo

Pensarlo: hay que ser creativo, no decir simplemente: no puedo y esperar a que otros nos realicen aquello… debemos ser recursivos, ver en ello una posibilidad de alcanzar lo que queremos.

Decidirse: Vemos la silla, sabemos lo que puede servirnos, pero no nos decidimos, porque hay quienes nos dan otras opciones, esperar, pedir el favor, renunciar… ¡Es necesario tomar la decisión!

Atreverse: Porque el qué dirán se convierte en una piedra en el zapato, ¡qué pena que me vean!… ¿que dirán de mí?, ¿se reirán, se compadecerán?… ¿qué pensarán? Ahí los demás pueden ser obstáculos para ese gran paso que me ayudará a hacer realidad lo que espero.

Hacerlo: de una vez, sin dar vuelta… tomar la silla, subirse a ella y luchar por lo que se quiere. Continuar: porque podemos caernos, pero no detenernos… al subirnos en la silla pueden surgir muchas cosas, que pueden estancarnos, pero la vida sigue, y una meta alcanzada no es el final, es el inicio de otra y otra meta más…

Y surge una pregunta: ¿Cómo superar aquellas cosas que no se alcanzan subiéndose a una silla?

Haciendo referencia a la sociedad, las miradas, las risas, los comentarios, la falta de fe de algunos, el que nos midan por nuestro tamaño y mucho más. Pensándolo bien son cosas que no sólo los pequeños y especiales tenemos que enfrentar, es algo con lo que vive toda la humanidad.

Esas cosas de la vida diaria, se logran superar, con el amor de la familia, el sembrar sentimientos de fe, esperanza y paz… el creer que al lado de Dios, todo se puede lograr…

Y ¿Qué es la Superación… ¿Acaso hacer una hazaña que el mundo cree que no puedo hacer? Superarse es lograr llegar mucho más allá… es aprender a no dejarse vencer de los obstáculos, es hacer realidad los sueños, es sentir que se alcanza lo que se ha propuesto, no para que ser aplaudido, sino para sentirse realizado…

Superarse es saber caer y levantarme, es madurar, actuar por mí mismo… confiar en Aquel que nos Creó y que me hizo Pequeña para cosas Grandes. Todos los seres humanos tenemos limitaciones, en ello está nuestra humanidad. Todos tenemos cosas que no podemos hacer… pero hay algo, nada es imposible para el que tiene fe.

Es el momento para que tal vez quienes nunca se han creído pequeños y habrán sentido que son del mundo los dueños, tan sólo porque tal vez nunca han necesitado subirse a una silla para alcanzar algo material… piensen en aquellas cosas que en el interior sienten que no han podido lograr, porque han tenido miedo, han pensado en el que dirán o no han creído en los sueños…

Súbanse a la silla de la superación, aquella que mantiene su equilibrio en la fe, para que no se voltee, para aprender a levantarse si tal vez han de caer.
Superarse es ser capaz de subirse a la silla… y alcanzar los sueños…continuar la vida, luchando por llegar más lejos.
Y cuando esté allá arriba y toque con mis manos el firmamento, sentiré que desde abajo, se ve más la grandeza del cielo.


Autor Desconocido

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Voy a seguir...


Voy a seguir creyendo, aún cuando la gente pierda la esperanza, y me hayan lastimado duramente…

Voy a seguir dando amor, aunque otros siembren odio, no quieran recibir mi amor por ellos, me engañen y me mientan….

Voy a seguir construyendo, aún cuando otros destruyan…

Voy a seguir hablando de Paz, aún en medio de la guerra, porque la fuerza más poderosa es el amor…

Voy a seguir iluminando, aún en medio de la oscuridad, para ayudar a otros a ver el camino…

Voy a seguir sembrando, aunque otros pisen y estropeen la cosecha…

Voy a seguir gritando, aún cuando otros callen, gritaré para defender los derechos de cada ser humano, porque todos, todos, somos creación de DIOS…

Voy a seguir dibujando sonrisas en rostros con lágrimas, para que se transformen en perlas de felicidad…

Voy a transmitir alivio, cuando vea dolor tan sólo por amor…

Voy a regalar motivos de alegría, donde sólo haya tristezas para que todos puedan ser cada día un poquito más felices…

Voy a derramar Fe a los que se quedaron atrás y levantaré los brazos de los que se han rendido…

Porque en medio de la desolación, siempre habrá un niño que nos mirará esperanzado, esperando algo de nosotros y es en ese momento cuando debemos demostrar que se puede…

Porque aún en medio de la tormenta, por algún rinconcito sale el sol y aún en medio del desierto crece una planta, simplemente para demostrarnos que para Dios nada es imposible ni definitivo.

Siempre habrá un pájaro que nos cante, un niño que nos sonría y una mariposa que nos brinde su belleza.

Pero si algún día ves que ya no sigo, no sonrío o que me callo, quizás es porque la vida me ha abofeteado demasiado fuerte y he quedado mal herido. Acércate y dame un abrazo o regálame una sonrisa, con eso será suficiente.

“No vayas por donde el camino te lleve, ve por donde no hay camino y deja tu propia huella”



desconozco el autor

domingo, 12 de septiembre de 2010

Sigue cantando



Como cualquier buena mamá, cuando Karen supo que estaba esperando un bebé, hizo lo que pudo para ayudar a su hijo Michael de tres años a prepararse para una nueva etapa en su vida.
Supieron que el nuevo bebe iba a ser una niña, y día y noche, Michael le cantaba a su hermanita en el vientre de su madre. El estaba encariñándose con su hermanita aun antes de conocerla.

El embarazo de Karen progresó normalmente. A tiempo empezó su labor departo, pronto los dolores eran cada cinco, cada tres y finalmente cada minuto. Pero una complicación se presentó de repente Karen tuvo horas de labor de parto.

Finalmente, después de muchas horas de lucha, la hermanita de Michael nació, pero en muy malas condiciones. La llevaron inmediatamente en una ambulancia a la Unidad de Cuidados Intensivos, sección neonatal del Hospital St. Mary en Knoxville, Tennessee.

Los días pasaron y la niña empeoraba. Los pediatras tuvieron que decirle finalmente a los padres las terribles palabras: "Hay muy pocas esperanzas, prepárense para lo peor". Karen y su esposo contactaron al cementerio local para apartar un lugar para su hijita.

Ellos habían creado un cuarto nuevo para su hija y ahora se encontraban haciendo arreglos para un funeral.

Sin embargo, Michael, les rogaba a sus padres que le dejaran ver a su hermanita. "Quiero cantarle", decía una y otra vez.

Estuvieron dos semanas en Terapia Intensiva y parecía que el funeral vendría antes de que acabara la semana. Michael siguió insistiendo que quería cantarle a su hermanita, pero le explicaban que no se permitía la entrada de niños a Terapia Intensiva. De pronto Karen se decidió. Llevaría a Michael a ver a su hermanita, ¡la dejaran o no! Si no veía a su hermanita en ese momento, tal vez no la vería viva nunca.

Ella le puso un overol inmenso y lo llevo a Terapia Intensiva, Michael parecía una enorme canasta de ropa sucia. Pero la jefa de enfermeras se dio cuenta de que era un niño y se enfureció. "¡Saquen a ese niño de aquí ahora mismo! No se admiten niños aquí" El carácter de Karen floró y, olvidándose de sus lindos modales de dama, que siempre la habían caracterizado, miró con ojos de acero a la enfermera, sus labios eran una sola línea y con firmeza dijo: Él no se va hasta que le cante a su hermanita" y levantó a Michael y lo llevó a la cama de su hermanita.

El miró a la pequeñita, perdiendo la batalla por conservar la vida. Después de un momento empezó a cantar con la voz que le salía del corazón de un niño de tres años. Michael le cantó: "Eres mi luz del sol, mi única luz, tú me haces feliz cuando el cielo es gris...." (conocida canción en inglés "You´re my sunshine").

Instantáneamente, la bebé pareció responder al estímulo de la voz de Michael, su pulso se empezó a volver normal. "Sigue cantando, Michael" le pedía desesperadamente su mamá con lágrimas en los ojos. Y el niño seguía: "Tú no sabrás nunca, querida, cuanto te amo, por favor no te lleves mi luz del sol... "Al tiempo que Michael cantaba a su hermana, la bebé se movía y su respiración se volvía tan suave como la de un gatito cuando lo acarician. "Sigue cantando, cariño" le decía su mamá y él continuaba haciéndolo como cuando todavía su hermanita estaba en el vientre de su madre. "La otra noche, querida, cuando dormía, soñé que te abrazaba en mis brazos..." seguía cantando el niño; la hermanita de Michael empezó a relajarse y a dormir con un sueño reparador que parecía que la mejoraba por segundos.

"Sigue cantando Michael"... ahora era la voz de la enfermera que, con lágrimas en los ojos, no dejaba de pedirle al niño que continuara. "Tú eres mi luz del sol, mi única luz del sol, por favor no te lleves mi sol..." Al día siguiente... el mismísimo día siguiente... la niña estaba en perfectas condiciones para irse a casa.

La revista "Woman"s Day" lo llamó "El Milagro de la canción del Hermano". Los doctores le llamaron simplemente un milagro. Karen le llamó "El Milagro del amor de Dios".

"Nunca te rindas por la gente que Amas....
El Amor es increíblemente Poderoso.
" La vida es demasiado buena como para desperdiciarla...
Confía en que Dios sabe que estas exactamente donde debes estar.
Nunca olvides las infinitas posibilidades que nacen de la Fe.


desconozco el autor

jueves, 9 de septiembre de 2010

De ti depende....



Vigila tus PENSAMIENTOS pues estas
se convierten en PALABRAS.
Vigila tus PALABRAS pues estas
se convierten en
ACCIONES.
Vigila tus ACCIONES pues estas
se convierten en HABITOS.
Vigila tus HABITOS pues estos
conforman TU CARACTER.
Vigila tu CARACTER pues este
se convierten en
TU DESTINO...


autor anonimo

sábado, 4 de septiembre de 2010

Vive al maximo...............


Aprovecha al máximo cada hora, cada día y cada época de la vida
Así podrás mirar al futuro con confianza y al pasado sin tristeza
Sé tú mismo, Pero sé lo mejor de ti mismo
Ten valor para ser diferente y seguir tú propia estrella
Y no tengas miedo de ser feliz
Goza de lo bello
Ama con toda el alma y el corazón
Cree que aman, aquellas personas que tú amas
Olvídate de lo que hayas hecho por tus amigos y recuerda, lo que ellos han hecho por ti
No repares en lo que el mundo te debe y fíjate en lo que le debes al mundo
Cuando te enfrentes a una decisión, tómala tan sabiamente como te sea posible
Luego olvídala
El momento de la certeza absoluta nunca llega
Sobre todo recuerda:

Que Dios, ayuda a quienes se ayudan a sí mismos
"Actúa como si todo dependiera de ti, y reza como si todo dependiera de Dios"






autor desconocido

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Deseo de un anciano

Deseo que me hagas sentir que soy amado, que soy útil todavía, que no estoy solo.
Deseo que cuando comamos en la misma mesa me des conversación a pesar de que yo apenas hable.
Deseo que me ames por lo que soy y no por lo que tengo.
Deseo que me des cariño y comprensión en esta mi última etapa.
Deseo que no bromees de mi paso vacilante o de mi mano temblorosa.
Deseo que comprendas mi incapacidad de oír como antes, por eso cuando me hables hazlo despacio y claro pero sin gritar.
Deseo que tengas en cuenta que mis ojos se están nublando y no me eches en cara cuando tropiezo o derramo la taza de café sobre la mesa.
Deseo que tengas tiempo para escucharme sin prisa, aunque lo que yo te diga te importe poco o nada.
Deseo que no me digas! Ya me has contado tres veces lo mismo! Y que me escuches como si fuera la primera vez que te lo cuento.
Deseo que me recuerdes los aciertos y éxitos de mi vida pasada y que no me hables de mis errores y fracasos.
Deseo sentir la caricia de tu mano sobre la mía y escuchar sin agobiarme suaves palabras de ánimo.
Deseo permanecer en mi casa o en la tuya.
Cuando esté al final de mis días háblame entonces de la misericordia de Dios.
Gracias, mil gracias por atender mis deseos.
Un día otros lo harán posiblemente para ayudarte a ti, por que el tiempo pasa muy deprisa.


autor desconocido