Era un día caluroso de verano hacia mucho calor, en las casas no se podía soportar parecía que estabas en un horno y decidió salir a pasear a tomar algo refrescante en una terraza y llamo a una amiga para que la acompañara. Se vistió con ropa cómoda, falda corta y una blusa transparente haciendo juego con el sujetador insinuando su interior. Era una chica moderna que le gustaba vestir a la moda. Tenia un precioso cabello negro largo muy rizado y que con esta ropa le hacia mucho mas jovencita. Ya pasaba de los treinta y cinco años pero no los aparentaba.
Su vida no había sido un camino de rosas pero eso no le había dejado huella, era un chica alegre, simpática, muy queria por sus amigos, pero en el amor era un verdadero desastre. Si pocas relaciones no acabaron bien, ella buscaba una persona que la protegiera que le ayudara en sus inseguridades, sus miedos, era según ella una persona no comprendida en el amor. Pero una y otra vez volvía en busca de ese hombre, pero lo único que conseguía es una gran tristeza, el de no conseguir que alguien la quisiera con ella estaba dispuesta hacerlo.
Salio a la calle, si realmente hacia calor, le dio la idea de volverse para casa en la calle hacia muchísima
Más calor que en casa, pero había quedado y eso le hizo desistir. Se encaminó hacia la terraza y se sentó en una mesa esperando que su amiga viniera.
Empezó a mirar su alrededor, poca gente se había aventurado a salir, la poca gente que estaba era unos cuantos jóvenes, haciendo bromas y pensó ella que bien se lo están pasando. Tardaba su amiga, en ella es era cosa habitual, era lo contrario de lo puntual. Ella ya estaba acostumbrada a que fuera así le tenía un gran cariño, la conoció en la universidad, y mantenían una amistad muy buena, eran confidentes de sus ilusiones, proyectos.
Por fin la vio llegar con su pelo corto rubia, algo rellenita y no muy alta pero su cara reflejaba mucha felicidad, ella si lo era del todo, tenía una pareja desde hace varios años se veían felices y se les notaba que se querían. A veces ella tenía una pequeña envidia de su amiga, porque ella no había encontrado alguien como su amiga. Tenía tantas dudas que ahora pensaba que todo el problema radicaba en ella que si no sabia retener una pareja algo tenía que ser por culpa de ella. Estaba absorta en sus pensamientos que no se dio cuenta de lo que le estaba diciendo, fue su amiga quien le toco y le devolvió a la realidad.
Le empezó a contar que había ido al medico llevabas varios que no se encontraba bien y creía que estaba embarazada,,,”dios santo embarazada” así le sonó su amiga del alma la que compartían tantas cosas estaba esperando un hijo, su cabeza empezó a darle vueltas, todas las demás amigas, dejaron de visitarse tan a menudo por tener uno, solo pensaba eso, que su amiga ya no estaría tanto por ella. Cuándo se dio cuenta de lo egoísta que era, cambió, abrazo a su amiga, la lleno de besos porque pensó era lo que más deseaba ella, así que se alegro por ella.
Empezaron a planificar como sería, niño o niña, a ella le daba igual, claro pensó ella lo importante que venga bien. La ropita que necesitaría, así pasaron una tarde agradable hasta que Ana dijo que tenía que volver a casa, su pareja ya estaba a punto de llegar. Solo de imaginarla en su casa esperando a su pareja, su garganta se lleno de saliva, que no podía tragar, que bonito es eso, saber que cuando estés en casa vendrán o estará el ser que mas amas y que te colma de caricias. Se despidió de su amiga, la acompaño un rato, y después volvió lentamente para su casa. No tenía ganas de ir para casa, que hacia en ella, decidió ir en busca de alguno de sus amigos. Pero no había nadie, lo pocos que quedan tenían algún ligue, si seguía así ya no tendría con quién salir. Esa posibilidad la traía mal, solo pensar que estaría sola no lo llevaba bien. Decidió no pensar más todo esto, lo haré cuando suceda de verdad mientras tanto no.
Se hizo un propósito cambiar ser menos exigente con ella misma y con las personas que están a su lado y sobre todo a quererse, porque sabía perfectamente que aquella persona que veía reflejada en el cristal no le agradaba. Y como una vez le dijo su abuela “Sonia para que te quieran tienes que tú quererte primero”. Así que se hizo esa promesa tenía que cambiar y si no encontraba a esa persona especial que ella deseaba, bueno no pasaba nada, tenía el cariño de sus familiares y amigos y se fue andando despacio pero con pasos seguros, se sentía feliz porque tenia una pequeña esperanza y pensó en una frase “Dando amor un día encontrare a alguien que me lo retribuya”. Si era cierto seguro que algún día encontrare mi media naranja y marcho para su casa con una gran sonrisa.
FIN
Autor
Estoy_viva
17-08-05
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deseos y amores, poseen futuros inciertos uno nunca sabe cuando se cumplen sino hasta tenerlos.
Gracias por dejar tu huella en mi humilde morada.