La psicóloga de la asociación dice que «el trastorno es muy desconocido, por eso hay que educar sobre la enfermedad»
Psicóloga de vocación y de profesión. Paciente, apasionada de la labor que realiza, flexible, con gran capacidad para transmitir y con una sensibilidad especial. Ésta es la carta de presentación de la responsable de coordinar todas las actividades de la asociación Autismo Zamora, Rocío García. A pesar de su juventud, su trayectoria profesional la avala como una persona comprometida con los colectivos en riesgo de exclusión social.
Estudió la carrera de Psicología en la Universidad de Salamanca y al finalizar sus estudios trabajó durante dos años y medio en una sala de autismo de un colegio público de Londres. Cuando decidió volver a España se puso en contacto con la Federación de Autismo de Castilla y León y pasó a formar parte del equipo de la organización Autismo Zamora.
-¿Cuáles son los síntomas que alertan de la enfermedad?
-Hay diversos signos que pueden ser objeto de atención clínica como que el niño evite el contacto visual, que le cueste comprender y expresar emociones, que no diga palabras sueltas cuando el pequeño alcanza una edad comprendida entre los 16 y 18 meses o que no mire a las personas o lugares que se les señala... Cualquier ausencia de conducta saludable en el desarrollo socio-emocional puede ser llamativa.
-Una vez que se detecta que un niño sufre autismo, ¿Cuál es la reacción de los padres?
-Hay que reconocer que es muy duro para ellos. Primero entran en una etapa de negación. Desde la asociación brindamos todo el apoyo y el asesoramiento necesario para que consigan aceptarlo, asumirlo y que convivan con ello de la mejor forma posible. Nuestra labor también consiste en educar sobre la enfermedad, es un trastorno muy específico y hace falta ayuda para conocerlo. Los padres necesitan unas pautas para comunicarse con su hijo y para ello es necesario que conozcan a lo que se enfrentan. Cada caso es distinto dependiendo del grado de discapacidad, por lo que cada familia necesita un apoyo individual y personal adecuado a sus necesidades.
-¿Cómo aceptan y se comportan el resto de los niños con las personas autistas?
-Aunque los niños, en muchas ocasiones sean crueles, mi experiencia me ha demostrado que en esta cuestión ocurre todo lo contrario. Los niños que son conscientes del caso de una persona autista en su entorno están siempre dispuestos a ayudarles e integrarles, e incluso sale de ellos mismos sin que les digas nada. Les tratan muy bien. También hay que tener en cuenta el grado del trastorno. Hay que puntualizar que las personas que sufren autismo de alto funcionamiento son las más propensas a sufrir acoso en el ámbito escolar. Ahí es cuando nos podemos encontrar situaciones complicadas.
-¿Hasta qué punto una persona autista puede desempeñar una vida normal?
-En primer lugar hay que tener en cuenta que una persona autista va a necesitar ayuda durante toda su vida. Pero en cambio, puede llegar a desarrollar una vida independiente siempre que esté muy estructurada.
-¿Autismo Zamora siente el respaldo de las instituciones?
-Tenemos un convenio con la Junta de Castilla y León desde el cual recibimos una ayuda directa aunque, obviamente, siempre hace falta más. Realmente hay mucho por hacer. Por otro lado, también contamos con el apoyo del Ayuntamiento de Zamora, la Gerencia de Servicios Sociales y colaboraciones de entidades privadas. Éstas últimas son las que deberían sensibilizarse un poquito más con la asociación y la enfermedad. Pequeñas aportaciones al final suman mucho.
-La asociación se ha creado recientemente...
-Sí, hace aproximadamente año y medio y para el poco tiempo que llevamos en la provincia de Zamora hemos conseguido consolidar muchos programas de integración, así como actividades y servicios a disposición de los afectados. Realizamos una labor social y de concienciación muy importante. Autismo Zamora está compuesto por un equipo humano muy comprometido. En total trabajamos con seis familias afectadas y con un total de seis niños desde los cuatro hasta los quince años.
leido:
http://www.nortecastilla.es/20080930/zamora/autistas-necesitan-ayuda-pero-20080930.html
Hay un lugar dentro de mi casa que es mi lugar favorito, desde el contemplo el mundo que me rodea delante de mi ordenador. Quiero desde el transmitiros mi experiencia algunas veces buena otras no tanto de mi paso por la vida con mi discapacidad, otras veces sera mis sueños, ilusiones y esperanza de seguir disfrutando de todo lo que me rodea....pero siempre desde....mi rincon
No es la discapacidad lo que hace difícil la vida, sino los pensamientos y acciones de los demás.
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Muy cierto lo que dices, desde el título. Desde que se detecta en un niño el autismo, la educación de los padres y de la familia debe ser enfocada en que sea un niño o joven independiente... yo tengo un hermano de 22 años con autismo y él hace las cosas por si solo... hay una frase que escuchamos una vez en su colegio que se nos quedó grabada a toda la familia y sobre la cual se ha basado el día a día con Danko, mi hermano... esta frase resume todo "Independiente, productivo y feliz". Es verdad que como a todo hijo, los padres deben protegerlos pero sin exageraciones... viendo siempre su desarrollo dentro de sus limitaciones, potenciando sus habilidades y dándole mucho amor y aliento en su día a día.
ResponderEliminarUn beso!!!