No es la discapacidad lo que hace difícil la vida, sino los pensamientos y acciones de los demás.




jueves, 12 de febrero de 2009

LATA DE LECHE


Antes de dejar un escrito, tengo que agradecer a TODOS el apoyo, el cariño, que noto en vuestro comentarios.
Mis escritos, habréis notado que están cargados de mucho romanticismo, quizás demasiado rosa, pero soy muy sentimental, muchas veces demasiado, algunas veces dejo volar mi imaginacion de como es el amor o como me gustaría que fuera, otras con sentido de humor de cosas cotidianas que me suele pasar, ¿realidad, sueño o fantasía? os lo dejo a vuestra elección.

LATA DE LECHE

Dos hermanitos en puros harapos, uno de cinco años y el otro de diez, iban pidiendo un poco de comida por las casas de la calle que rodea la colina. Estaban hambrientos: "vaya a trabajar y no molesten", se oía detrás de la puerta; "aquí no hay nada, pordiosero...", decía otro...Las múltiples tentativas frustradas entristecían a los niños...
Por fin, una señora muy atenta les dijo: "Voy a ver si tengo algo para ustedes... ¡Pobrecitos!"
Y volvió con una cajita de leche.
¡Que fiesta! Ambos se sentaron en la acera.
El más pequeño le dijo al de diez años: "tú eres el mayor, toma primero...y lo miraba con sus dientes blancos, con la boca medio abierta, relamiéndose".
Yo contemplaba la escena como tonto... ¡Si vieran al mayor mirando de reojo al pequeñito...!
Se lleva la cajita a la boca y, haciendo de cuenta que bebía, apretaba los labios fuertemente para que no le entre ni una sola gota de leche.

Después, extendiéndole la lata, decía al hermano:
"Ahora es tu turno. Sólo un poquito."
Y el hermanito, dando un trago exclamaba: "¡Está sabrosa!"
"Ahora yo", dice el mayor. Y llevándose a la boca la cajita, ya medio vacía, no bebía nada.
"Ahora tú", "Ahora yo", "Ahora tú", "Ahora yo"...
Y, después de tres, cuatro, cinco o seis tragos, el menorcito, de cabello ondulado, barrigudito, con la camisa afuera, se acababa toda la leche... él solito.
Esos "ahora tú", "ahora yo" me llenaron los ojos de lágrimas...
Y entonces, sucedió algo que me pareció extraordinario.

El mayor comenzó a cantar, a danzar, a jugar fútbol con la caja vacía de leche.
Estaba radiante, con el estómago vacío, pero con el corazón rebosante de alegría.
Brincaba con la naturalidad de quien no hace nada extraordinario, o aún mejor, con la naturalidad de quien está habituado a hacer cosas extraordinarias sin darles la mayor importancia.
De aquél muchacho podemos aprender una gran lección: "Quien da es más feliz que quien recibe."
Es así que debemos amar. Sacrificándonos con tanta naturalidad, con tal elegancia, con tal discreción, que los demás ni siquiera puedan agradecernos el servicio que les prestamos."
¿Cómo podrías hoy encontrar un poco de esta "felicidad" y hacer la vida de alguien mejor, con más "gusto de ser vivida"?
¡Adelante, levántate y haz lo que sea necesario!
Cerca de nosotros puede haber un amigo que necesita de nuestro hombro, de nuestro consuelo y, quizá aún más, de un poco de nuestra paz....

16 comentarios:

  1. Es muy humano reconocer que necesitamos a los otros. Gracias por recordarnos la esencia de la vida.

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  2. Una buena refrexion nos miramos mucho hacia nosotros mismo sin pensar ni ver que hay alguien a nuestro lado que realmente necesita nuestro apoyo, una palabra, un abrazo.
    Dejemos de ser primero yo y despues tambien yo.
    Bonita y muy emotiva, gracias Mari
    Abrazos calidos

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  3. Mari sobre tu reflexion los que te conocemos sabemos que eres muy soñadora y esos sueños salen en forma de una, poema, relato etc.
    Sobe la lata de leche, si diéramos mas seguro que a la larga triplicaríamos lo dado y nos llenaría de mas satisfaccion.
    Lara

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  4. Una bonita historia llena de humildad, dar y luego recibiras con creces.
    Sigue poniendo tus sentimientos en los escritos que se nota su forma de ser tan bonita.
    Felicidades por el regalito.
    Besitos Lisa

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  5. Hola Mari!!
    Me ha encantado!!! Es super tierno y da que pensar. Un abrazo enoooorme

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  6. Haz el bien y no mires a quien, seguro que te sentiras mucho mejor despues de hacer una buena accion.
    Un besazo guapisima

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  7. Hay muchas personas que hacen favores esperando que les des las gracias o que estés toda la vida agradeciendoselo, esto no esta bien, si lo haces no debe ser para ser reconocido y alabado, simplemente porque alguien necesita de tu ayuda y nada mas.
    Siempre es un placer leerte Mari
    Sergi

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  8. gran historia!deberíamos aprender todos del hermano mayor.por cierto, odio que me den las gracias la gente que quiero
    besos,mari

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  9. Es bueno reconocer que necesitamos de las otras personas, pero los otros lo reconocen, porque muchas veces no, solo aceptan pero sin dar nada a cambio, con un gracias seria suficiente.
    Un saludo Mari

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  10. Pasare por aquí también, gracias por estar Mari.

    La caja vacía de leche...los niños, los mejores maestros...

    "Cerca de nosotros puede haber un amigo que necesita de nuestro hombro, de nuestro consuelo y, quizá aún más, de un poco de nuestra paz...."

    me gusto lo leído por aquí Mari.

    Un abrazo zen.

    Marcos.

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  11. La mayor de las felicidades esta dentro de nosotros mismos...

    Besitosssssss

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  12. Muy bonito el post y con mucha razon ademas ,me encanta leerte.
    Un abrazo
    Jose Manuel

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  13. gracias por el cumplido es de agradecer un besito largo, si te apetece leer mas pasate por mi blog LOCO POR DEFECTO, espero que te guste

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  14. Hermoso relato, ellos no conocen de plusvalia, ni de injusticia, ellos solo comparten lo que tienen a la mano ... asi se hacen los hermanos.
    Hasta siempre

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  15. ¡Muy bella historia!

    Y es verdad, se disfruta más dando que recibiendo, porque la alegría de dar supera la de recibir, porque el amor que das, llena más que el que recibes...

    Un cálido abrazo de Noah.

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  16. Mari el corazón es tan grande para dar y recibir ... que esta historia tendria que valer para que halla un poquito más del él en todos nosotros.
    un besito.

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Deseos y amores, poseen futuros inciertos uno nunca sabe cuando se cumplen sino hasta tenerlos.
Gracias por dejar tu huella en mi humilde morada.